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Sebastián Guevara con la chef sueca Emma Bengtsson.
Sebastián Guevara con la chef sueca Emma Bengtsson.
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Sebastián Guevara, el joven chef barranquillero que brilla en la cocina de EE.UU.

Su objetivo es proyectar la cocina colombiana en los grandes restaurantes estadounidenses.

Sebastián Guevara, es un barranquillero de 26 años, graduado en The Culinary Institute Of America, una de las más respetadas instituciones de la industria en el mundo ubicada en Hyde  Park, Nueva York, especializada en la educación de las artes culinarias y en las artes de Panadería y Pastelería.  

Es una institución que acoge un modelo de formación con programas enfocados en diferentes áreas de la gastronomía. La reputación de la escuela atrae a personas con pasión por la cocina buscando afianzar y avanzar en sus habilidades para llegar hacer parte de los mejores en la Industria de la cocina.

Desde muy pequeño Sebastián tuvo mucha curiosidad por la cocina, en el seno de su familia observaba con pasión los movimientos de mano de su madre, tías y abuela, cuando estas cocinaban, despertando en él una vocación precoz por el arte de la cocina.  

Hoy en las frías tardes neoyorquinas recuerda con nostalgia su infancia cuando combinaba sus estudios escolares con cursos de cocina en escuelas de su ciudad natal como Gato Dumas y Cocinar.

En ellas hizo sus primeros platos de cocina y toda clase de pastelería, los que emocionado departía entre amigos y familiares, dando incluso mayor prioridad a la cocina que al estudio escolar. 

Sin embargo, debió esperar graduarse de bachiller para ir a Bogotá a cumplir su sueño ingresando a la facultad de gastronomía de la Universidad de la Sabana. 

Una vez allí comprendió que aunque siendo esta una gran institución su pasión iba mucho más allá de la formación académica y sin miedo, con mucho empeño y centrado en sus deseos por esa vocación, firme en ser un gran cocinero, decidió abandonar esta carrera, buscando  apoyo económico de su familia para poder viajar a Nueva York e ingresar a la que consideraba una de las mejores escuelas del mundo en el arte de la cocina, The Culinary Institute Of America, cuya trayectoria es de un gran prestigio internacional, que data de 1946 y en donde se han formado los mejores cocineros de Estados Unidos y de Europa y que integran parte de los mejores 100 chef a nivel mundial.

Después de 4 años de estudios y a sus 25 años de edad obtuvo sus títulos de Cocinero y profesional de gestión en empresas alimentarias (Food Business Management) de la escuela The Culinary Institute Of America, sintiéndose increíblemente orgulloso de la educación obtenida y poder ser parte del grupo de exalumnos de la CIA.

Una vez graduado fue contratado en el Restaurante Aquavit, ubicado en el centro de Manhattan, enfocado en la cocina nórdica y galardonado con dos estrellas Michelin y tres estrellas de New York Times, bajo la dirección de la chef Emma Bengtsson, primera sueca en contar con dos estrellas Michelin y solo la segunda cocinera con sede en los Estados unidos en hacerlo.

Su proyecto a corto plazo es continuar su carrera en “Aquavit” aprendiendo al lado de los grandes chefs, (en Nueva York solo existen 12 restaurantes con 2 estrellas Michelin) donde el profesionalismo y talento en la alta cocina le permitan desarrollar su máximo potencial, para lograr en un futuro desarrollar su propio proyecto que se enfoque en tomar productos de la cocina colombiana y exponerlos de manera diferente.

Con ello también busca mostrar lo increíble que es la biodiversidad en Colombia tomando elementos como el lulo, tamarindo, corozo, hormigas culonas, poleo, acacia y tantos miles de elementos de la cocina colombiana que mezclados entre olores, sabores y aromas, logren una experiencia culinaria que muestre a la comunidad internacional el  maravilloso potencial de nuestros productos y sabores.

Como todos los sueños, no es un reto fácil, es un camino arduo, lleno de sacrificios, en busca de una constancia en el aprendizaje, en el manejo de la más alta calidad implicando una extrema labor física, contemplando horas y días enteros de extenuantes jornadas de pies en constante movimiento, donde el  indiscutiblemente amor y pasión por este arte juegan un papel preponderante en la clave del éxito para ver algún día  cumplir sus anhelos y de esta forma poder seguir llevando en alto la gastronomía colombiana que ha empezado a incursionar y a tener reconocimiento internacional.

 

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